yurany andrea bohorquez
Cantidad de envíos : 2 Edad : 31 Puntos : 6 Fecha de inscripción : 06/05/2009
| Tema: los voceadores Jue Mayo 07, 2009 9:23 pm | |
| Los Vendedores Ambulantes (Voceadores) l
El siguiente trabajo trata en sí, sobre los vendedores ambulantes; denominados informales. Son personas, en su gran mayoría de la tercera edad, madres solteras y desplazados, que para generar sus ingresos, prestan servicios o venden productos en las vías públicas, buscando un refugio frente al desempleo y a la falta de ingresos económicos. Se calcula que el numero de vendedores ambulantes es cercano a los cien mil personas que elaboran en 19 localidades de la ciudad .Este análisis semiótico se va centrar especialmente en los “voceadores”, ya que son personas admirables, porque tienen una personalidad única.Los voceadores son personas que utilizan sus voces para comercializar sus productos; la mayoría de las voceadoras permanecen activos durante diecinueve horas al día, desde la noche de la madrugada hasta la noche que los despide. El vientecillo frio de la madrugada golpea sus rostros y se cuelga como una serpiente que envuelve todo el cuerpo y la piel descubierta duele por la onda gelita que aprieta como un torniquete, aun así sus manos son agiles y los dedos exactos en cada movimiento.Los voceadores, por lo general, cuentan con el ánimo por salir adelante, pues es mayor el ánimo por salir adelante que las inclemencias del tiempo, amenazante en todo momento; ya que por ejemplo, La lluvia hace que termine por arruinar su mercancía.Los voceadores tienen su origen desde 1722, cuando se distribuyeron las primeras gacetas de la colonia, hicieron suyo el deber de divulgar el pensamiento y hasta la reflexión de los hombres, y llegaron también a tomarlo como una fuente de trabajo, necesario para comercializar sus productos. Los voceadores, aunque mucha gente no se había dado cuenta, vienen desde las épocas antes de Cristo; cuando enviaban a alguna persona a comunicarles a las demás personas de algún pueblo, alguna novedad o un mensaje. (Tomado de: http://www.gobiernobogota.gov.co)Con el tiempo los voceadores se volcaron a los cruceros; otros todavía lo hacen entre la gente, pues así se animan mas a comprar; algunos voceadores lo hacen todavía al viejo estilo, gritando, sin ayuda de alguna herramienta para fortalecer sus voces (para que se escuche más duro y con más claridad.).Existen dos tipos de voceadores. Los voceadores con micrófono y los voceadores sin micrófono. Los voceadores sin micrófono son aquellos que con su grito hacen que se escuche el vigor de un hombre que ennoblece el trabajo y que se ennoblece así mismo, es la exclamación de un trabajador que por los suyos da todo lo que tenga de extra; este tipo de voceadores se encuentran con más facilidad en los tiempos pasados antes de Cristo. Ahora gracias a la tecnología se conoce una herramienta llamada o más conocida como “micrófono” o “megáfono”, que aunque los voceadores que utilicen micrófono lo hacen con el mismo objetivo que los voceadores que no lo tienen; estos cuentan con algo esencialmente especial, ya que hace que el mensaje se escuche con más claridad y puede aun mas, llamar la atención de las personas.Estas personas se ven representadas en casi toda parte del mundo; por ejemplo, en Medellín, en el sector Aranjuez parte baja en el cual se encuentra presente un barrio o una cuadra llamada la playita con dirección CR 51 A Nº 9782, donde todos los días ingresan voceadores. Estas personas se caracterizan por una enorme capacidad de gritar fuerte, para así hacerles entender a las personas que están en sus casas que se está promocionando afuera de sus casas productos, quizás a un precio más favorable. (Papas, naranjas, revuelto, aguacates, entre otros).Este análisis semiótico se hizo un día muy asoleado en la mañana siendo ya casi el medio día, sentada en una de tantas escaleras que existen en una cuadra, observando desde allí, a un personaje que venía en la esquina a el cual se le puede llamar un “voceador2; esta persona vendía naranjas, estaba vestido con un bluyín ancho y desteñido, y una camiseta naranjada, este venia en paso lento mientras gritaba: ¡naranjas, naranjas, dulcecitas las naranjas! – este hombre era bajito y moreno; de verdad al parecer se veía muy humilde. Después de un rato un señor se le hacerlo a comprar y de inmediato se pudo observar la cara de alegría del “voceador”, luego el señor que estaba comprando se retiro, y el vendedor se fue también. | |
|